El suelo no puede soportar tanta suciedad, que a su vez contamina las aguas subterraneas. La capacidad autosuficiente y autopurificadora, de los rios y lagos, resultan insuficientes.
La degradación del ambiente se ha convertido en uno de los fenómenos eseciales de nuestra civilización. La humanidad se autodestruye frente a este fenómeno, debemos asumir una conducta crítica a todo lo que se nos ha enseñado fundamentalmente hace II siglos, que ha sido el culto al progreso científico y tecnológico.
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